A este lado del paraíso
Autor: Francis Scott Fitzgerald
La novela empieza cuando Amory Blane, su protagonista, es un niño. Su familia es adinerada y le criará dentro de los valores de la alta sociedad. El lector ya intuye en esta etapa cómo será la personalidad de Amory durante toda su vida. Es una persona diferente a los demás, inteligente, ambicioso, vago y soñador.
A lo largo de la novela, Amory se buscará a si mismo en todo momento. Quiere ser popular y triunfador. Sin embargo, no está dispuesto a esforzarse demasiado para conseguir ninguna de las dos cosas. Poco a poco, Amory irá creciendo y convirtiéndose en una persona cada vez más superficial.
Ya en la universidad –va a Princeton- descubre que quiere dedicarse a escribir. Sin embargo, lo que más le gusta es la juerga y el alcohol, por lo que nuevamente no luchará en exceso por conseguir sus objetivos. A estas altura de su vida ya está totalmente deshumanizado –ni siquiera sufre cuando se entera del fallecimiento de su padre-.
Por su vida irán pasando diversas experiencias, trabajos y mujeres. Sin embargo, él siempre buscará encontrarse a si mismo. De hecho, la última frase del libro es “sí, me conozco a mi mismo, pero nada más”.
Francis Scott Fitzgerald es otro de los autores de la generación perdida del siglo XX. Bebedor empedernido y gran escritor, es junto a Hemingway, la gran referencia literaria de la época del jazz estadounidense (años 20).
Esta novela es una especie de autobiografía novelada del propio Fitzgerald. Su lectura es interesante. No obstante, hay que tener muchas ganas de leerla porque, de lo contrario, habrá muchas partes que aburrirán profundamente al lector. Por otra parte, refleja a la perfección la situación de depresión generalizada que había durante el periodo de entreguerras. A la gente le daba igual todo, no quería luchar por nada y, simplemente se dedicaban a verlas venir.
La novela empieza cuando Amory Blane, su protagonista, es un niño. Su familia es adinerada y le criará dentro de los valores de la alta sociedad. El lector ya intuye en esta etapa cómo será la personalidad de Amory durante toda su vida. Es una persona diferente a los demás, inteligente, ambicioso, vago y soñador.
A lo largo de la novela, Amory se buscará a si mismo en todo momento. Quiere ser popular y triunfador. Sin embargo, no está dispuesto a esforzarse demasiado para conseguir ninguna de las dos cosas. Poco a poco, Amory irá creciendo y convirtiéndose en una persona cada vez más superficial.
Ya en la universidad –va a Princeton- descubre que quiere dedicarse a escribir. Sin embargo, lo que más le gusta es la juerga y el alcohol, por lo que nuevamente no luchará en exceso por conseguir sus objetivos. A estas altura de su vida ya está totalmente deshumanizado –ni siquiera sufre cuando se entera del fallecimiento de su padre-.
Por su vida irán pasando diversas experiencias, trabajos y mujeres. Sin embargo, él siempre buscará encontrarse a si mismo. De hecho, la última frase del libro es “sí, me conozco a mi mismo, pero nada más”.
Francis Scott Fitzgerald es otro de los autores de la generación perdida del siglo XX. Bebedor empedernido y gran escritor, es junto a Hemingway, la gran referencia literaria de la época del jazz estadounidense (años 20).
Esta novela es una especie de autobiografía novelada del propio Fitzgerald. Su lectura es interesante. No obstante, hay que tener muchas ganas de leerla porque, de lo contrario, habrá muchas partes que aburrirán profundamente al lector. Por otra parte, refleja a la perfección la situación de depresión generalizada que había durante el periodo de entreguerras. A la gente le daba igual todo, no quería luchar por nada y, simplemente se dedicaban a verlas venir.
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