Diez negritos

“Diez negritos salieron a cenar, uno se ahogó y quedaron nueve:
Nueve negritos trasnocharon mucho, uno se quedó dormido y quedaron ocho;
Ocho negritos viajaron por Devon, uno se escapó y quedaron siete;
Siete negritos cortaron leña, uno se cortó en dos mitades y quedaron seis;
Seis negritos jugaron con una colmena, una abeja picó a uno y quedaron cinco;
Cinco negritos hicieron la carrera de leyes, uno se hizo magistrado y quedaron cuatro;
Cuatro negritos fueron al mar, un arenque se tragó a uno y quedaron tres;
Tres negritos paseaban por el zoo, un oso mató a uno de ellos y quedaron dos;
Dos negritos se sentaron al sol, uno de ellos se tostó y sólo quedó uno;
Un negrito sólo se quedó, se ahorcó y no quedó ninguno”

Canción infantil inglesa


Autor: Agatha Christie


Diez personas desconocidas entre sí (siete hombres y tres mujeres) son convocadas por el señor Owen (también desconocido para ellos) a su mansión en la misteriosa y solitaria Isla Del Negro. Cada uno de los invitados es citado por motivos diferentes (una reunión de viejos amigos, negocios…). La mansión se encuentra aislada en una isla a la que nadie puede entrar y de la que nadie puede salir.

La primera noche que pasan allí disfrutan de una gran cena, a la que el señor Owen no ha podido acudir. En un lugar privilegiado del comedor se encuentran diez figuritas negras que llaman la atención de los comensales. Después de la cena, una voz grabada en un gramófono acusa a cada uno de los invitados de haber cometido un asesinato en algún momento de su vida, proporcionando el nombre de cada víctima y la fecha en la que se cometieron los asesinatos.

Poco a poco los invitados van siendo asesinados al ritmo de la canción infantil inglesa “Diez negritos”, que curiosamente tienen colgada en las habitaciones. Cada vez que se produce un asesinato desaparece una de las figurillas negras situadas en el comedor. Está claro que el asesino es uno de ellos, ¿quién será? ¿por qué ha preparado este juego macabro?



Simplemente me pareció una novela genial. Me gustan mucho las historias de miedo y para mí ésta es una de las mejores. Fue escrita en 1939.

No aparece ninguno de los detectives estrella de Agatha Christie (Hércules Poirot o Miss Marple) por lo que tú solo tienes que ir averiguando quién es el posible asesino. Sospechas de uno y de repente aparece asesinado, el que piensas que es bueno parece que no lo es tanto… Creo que la autora sabe manejar los hilos lo suficiente como para que no quieras dejar de leer: necesitas saber quién es el asesino y hasta que no los descubras no vas a parar.

Mucha gente cree que las novelas de Agatha Christie son difíciles de seguir por la gran cantidad de personajes que aparecen y por todos los detalles que se dan de ellos. Pero yo creo que justo eso es lo que la hace más fácil: todo lo que vas sabiendo de cada uno hace que lo identifiques mejor y que no lo confundas con los demás. Además, creo que ésta es de las novelas que menos personajes tiene.

Se han hecho varias adaptaciones de la novela, tanto en cine como en teatro. En el cine se han grabado varias versiones pero la más conocida es la de 1974 titulada “And then, there were none”, como el último verso de la canción. En el teatro también ha sido una novela muy versionada. La que yo vi (2001) la representaban en el Teatro Muñoz Seca (Madrid) y me pareció bastante fiel al libro y muy conseguida. Si tenéis oportunidad de verla, cuando la repongan, os la recomiendo. Merece la pena verla, aunque como siempre me quedo con el libro.


Mi nota: 8